Control del niño sano: El chequeo preventivo que los padres no pueden dejar pasar

Este chequeo debe realizarse desde el nacimiento del bebé hasta los 18 años de edad para prevenir, diagnosticar y tratar oportunamente cualquier enfermedad.

El control de niño sano se refiere a chequeos pediátricos preventivos que deben realizarse de forma periódica a los niños y niñas desde su nacimiento hasta su etapa de adolescencia para prevenir, detectar y tratar oportunamente cualquier enfermedad que pudiesen presentar. Asimismo, estos controles permiten acompañar y educar tanto a los niños como a sus padres para lograr un adecuado desarrollo integral.

Control del niño sano

“Habitualmente los padres traen a sus hijos al médico cuando presentan síntomas de alguna enfermedad. La idea es controlar a los niños y niñas cuando estén sanos. Este control lo que busca es promover el bienestar de los menores de manera integral, abarcando todos los ámbitos de su vida: físicos, emocionales y sociales, además de involucrar a su entorno familiar”, indicó la pediatra de Clínica Costanera, Dra. Cristina González.

En los primeros años, los controles del niño sano son más seguidos que en los adolescentes. “Idealmente, el primer chequeo debe realizarse cuando la madre se encuentra embarazada, luego durante el primer año de vida los controles son mensuales, el segundo año cada 6 meses y desde el tercer año en adelante de forma anual, siempre y cuando no exista ninguna enfermedad crónica o anomalía que requiera un control anticipado”, agregó la Dra. González.

Dra. Cristina González, Pediatra.
Dra. Cristina González, Pediatra.

¿En qué consiste el control del niño sano?

En este chequeo preventivo, existen pautas determinadas de exámenes y evaluaciones dependiendo del rango etario del paciente.

-Examen físico completo: peso, talla, perímetro de cráneo, presión arterial.
-Evaluación del desarrollo psicomotor.
-Calendario de vacunas.
-Evaluación del desempeño social de los niños y niñas: relación con sus pares y familiares.
-Chequeo del lenguaje, audición, visión, bucal y nutricional.
-Evaluación ortopédica.
-Educación para prevenir enfermedades.

Dependiendo de la edad del paciente y si presenta ciertas patologías, se evalúan exámenes complementarios como hemograma, perfil bioquímico, lipídico, glicemia en ayunas, pruebas tiroideas, etc.

Control en adolescentes

Los padres de niños pequeños acuden de manera regular a los controles con sus hijos e hijas, sin embargo, a medida que estos crecen, la preocupación disminuye. “Muchos adolescentes quedan en el limbo porque ya no son considerados niños pero tampoco adultos. En esa etapa no hay un control sano tan riguroso, los adolescentes por lo general no verbalizan, por tal motivo los padres deben tratar de identificar señales de alerta en sus hijos”.

“En esta etapa evaluamos temas como nutrición, desarrollo puberal, salud sexual, métodos anticonceptivos, salud mental, hábitos generales como uso de pantallas digitales, ejercicio físico, etc.”, señaló la Dra. González.

Señales para adelantar el control del niño sano

“Los niños menores de dos años siempre deben estar en constante control. Cuando crecen las señales de alerta pueden identificarse en la familia, en el colegio y en el ambiente social donde se desenvuelven los niños. Hay que estar atentos si presentan alguna alteración en el lenguaje, audición, etc. Asimismo, si existen antecedentes familiares de enfermedades crónicas o bien si los niños se resfrían más de ocho o 10 veces en el año, cuatro o más otitis, dos o más sinusitis o neumonías al año, dificultades para crecer o ganar peso normalmente, etc., se requiere control anticipado y periódico”, finalizó la especialista de Clínica Costanera.